domingo, 29 de noviembre de 2009

LA “GRAZIA” SEGÚN VASARI


La “GRAZIA”

En todo movimiento artístico, a lo largo de la historia, la llamada Teoría de las Artes nace de la intersección entre pensamiento filosófico y la necesidad de contextualizar los términos que confieren a un estilo sus características, y en la Historia del Arte así ha sido desde su nacimiento como tal materia con Johann Joachim Winckelmann. En sus antecedentes renacentistas Vasari puede catalogarse como iniciador del estudio de la historia del arte a través de su obra: “Le Vite” en la que en una segunda edición ampliada y corregida introduce una serie de términos que aún no siendo desglosados y definidos teóricamente aportan nuevos significados a los ideales de belleza y creación. Según Moshe Barrasch (pag172) la idea de realizar esta sistematización biográfica de la vida de los artistas nació de una conversación en el palacio del cardenal Farnese que sugirió la necesidad de realizar tal compendio, y le fue encargada a otro de los asistentes quien declinó posteriormente en Vasari, al ser él quien se postulara a asistir al autor en los términos técnicos de su redacción. Vasari hizo posible entonces esta obra que, sobrevalorada por algunos historiadores del XVIII, ha constituido el paradigma de división temporal del renacimiento hasta nuestros días. A él se deben dos conceptos esenciales: “La grazia” y la palabra de la cual nace este movimiento artístico, “Rinascitá”. También es merecedor de acuñar el término “diseño” concebido como el nexo de unión entre las llamadas artes visuales vigente hasta nuestros días.

La definición de “grazía”, desde luego, no es el primero en utilizarla y, de hecho, la conocemos desde la antigüedad clásica. Plinio “el Viejo” ya la usa para definir la capacidad o el genio inconmensurable refiriéndose al “sublimado” pintor Apeles, aunque la acepción que nace en el renacimiento de “grazia” es diferente: primero está identificada con la belleza racional propuesta por Alberti y posteriormente, el neoplatonismo de dos pensadores, Marsilio Ficino y Pico della Mirandola, le confieren el significado que aplica Vasari en sus “Vite” y en concreto refiriéndose a los artistas de la tercera edad (terza etá), una de las subdivisiones cronológicas realizadas por Vasari para definir ese “renacimiento “ de los ideales clásicos. Afecta esa “grazía” a Leonardo, Rafael y Miguel Angel, aunque también a otros como Coreggio o Parmigianino,.

La gracia formulada por Vasari, que ha sido calificada en su definición como huidiza por los historiadores del XIX y el XX, se entiende como: “refinamiento, delicadeza ” o , en el caso de Marsilio Ficino:”como una cualidad intangible para la que no existen fórmulas”; Pico della Mirandola la argumenta como “cualidad que aparece transfigurando todo aquello que es bello”; y podríamos seguir recopilando definiciones de “la grazía” en pensadores, escritores, poetas y filósofos del renacimiento. Vasari adopta dos significados para este término: uno en el que se engloban los calificativos de sutil, delicado, ligero, suave... y otro que afecta al llamado juicio, es decir, una capacidad del juicio que permite reproducir con todos los calificativos anteriores un elemento en una obra de arte sin la necesidad de usar el compás ni la medida, como diría Miguel Angel: “el compás tiene que estar en los ojos”. Volviendo a citar a Moshe Barrasch, la Eurithmya, el término recogido por Vitrubio, podría asemejarse al definido por la filosofía neoplatónica en las “Vite” de Vasari. Un término que a lo largo de los siglos venideros se convierte en arbitrario. En último lugar, citando a José Fuentes y su Teoría del Arte, la gracia de la que habla Vasari es un peldaño de valoración del autor de las obras de arte como alguien “único” que expresa la fuerza de encantamiento que suscita el poder de producir imágenes. (pág. 117).

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