miércoles, 1 de septiembre de 2010

URBANÍSTICA DE LAS GRANDES CIUDADES DEL MUNDO ANTIGUO por ANTONIO GARCIA BELLIDO.. (RESUMEN)


Fue en el Neolítico en el momento en el que el hombre se hizo sedentario y con ello aparece la ciudad elemental. De simple recolector pasa a convertirse en agricultor y ganadero y en su asentamiento en tribus o "gens" inicia el urbanismo propiamente dicho. Las primeras ciudades estuvieron por lo común en lugares altos, según atestigua la arqueología. Estas primitivas ciudades no se edificaron con arreglo a un plan preconcebido y menos con ideas de regularidad, podrían llamarse núcleos bióticos. Las pobres viviendas se edificaban en las partes más abrigadas del cerro, dejando las vaguadas para la salida de aguas y esto pudiera ser que diera lugar a los primeras "calles".
Las ciudades venían a ser el resultado natural de una serie de fenómenos que determinaban su existencia y su forma, o bien eran creaciones idealmente preconcebidas, tratadas de antemano según una teoría o una fórmula. El urbanismo en la edad antigua deja muchas incógnitas en referencia a la distribución social de los barrios. Las ruinas de ciudades no nos muestran a éstas por entero, sino sólo los restos de sus partes más nobles. El origen del fenómeno urbano ha recibido en fechas recientes el fuerte impacto de unos descubrimientos en Çatal hüyük, en la meseta anatólica datados entre el séptimo milenio y el 5.700 AC, cuya característica esencial es la aglomeración urbana de mas de 6 hectáreas de casas en terrazas, una sobre otra. La mayoría de las viviendas responden a un esquema muy simple en el que se repite el mismo procedimiento de acceso, salida de humos para el hogar, y un bancal más elevado hecho de arcilla, bajo el cual se practicaban los enterramientos.
CAPITULO DOS: CIUDADES DEL INDO.
En el valle medio e inferior del Indo han aparecido sorprendentes ejemplos de ciudades muy primitivas que se ubican  en  el eneolítico, por presentar los primeros testimonios de uso de metales. Estas ciudades florecieron en el tercer milenio AC y se llaman Harappa y Mohenjo-Daro. Esta última es la más interesante para la historia del urbanismo ya que presenta una planta regular y viviendas rectangulares, precursora en el tiempo de otras de su género en el Oriente Cercano (Mesopotamia). En el caso de Mohenjo-Daro se trazó, sin duda, un plan preconcebido y premeditado. Tres grandes calles paralelas de metros de anchura, la cruzaban de N a S y dos de E a O, formando barrios de 364 metros por 182 m, en donde las calles principales se cruzaban a escuadra formando manzanas. es el ejemplo más antiguo conocido de planta Orthogónica. En ambas ciudades conocían el cobre, el bronce y el torno de alfarero.


CAPITULO TERCERO: EL VALLE DEL NILO.
Por antigüedad arqueológica de hallazgos pasamos al valle del Nilo en donde sorprendentemente se han conservado dos ciudades hechas ex profeso: la primera como ciudad de obreros para los monumentos funerarios de Sesostris II; la segunda sería la muestra única de la concepción urbana de un rey monoteísta de la décimo octava dinastía. Akenaton, en Tell -el-Amarna.
Kahun, nació, como decíamos, ex profeso, para albergar a los obreros de la pirámide de Sesostris II y rápidamente abandonada una vez hubieron acabado. Presenta una estructura regular con viviendas rectangulares unidas en grandes manzanas longitudinales y diferenciación de casas en función de los oficios. Al igual que Kahum, Tell el Amarna fue una ciudad creada también “a fundamentis”, su plano se prolonga paralelo a la margen izquierda del Nilo y en las excavaciones se han encontrado una regularización del trazado, que Antonio García Bellido, enfatiza en importancia señalando que siempre que hubo una posibilidad nueva de hacer una ciudad se usó de la escuadra y el cartabón como una tendencia natural al orden. Tell El Amarna es una ciudad singular que nos muestras grandes casas en manzanas “orthogonales” y grandes avenidas, con palacios y casas más modestas en donde el culto al sol está omnipresente. Fue abandonada tras la muerte de Akenaton y desmantelada en parte para otras arquitecturas.
CAPITULO CUARTO: CIUDADES DE MESOPOTAMIA.
De todas, destaca Babilonia, que fue la "ciudad mayor que el sol iluminó nunca sobre la tierra” (Pausanias). Herodoto magnificó hasta tal punto su descripción que resulta exagerada, tal y como han demostrado las excavaciones. Pese a las exageradas cifras de Herodoto y la visión desmedida de una ciudad como Babilonia en su descripción (HERODOTO I 178-179) el logógrafo griego explicó, al menos un estructura de ciudad ortogonal en sus grandes avenidas y ejes principales y en las cuadraturas de sus murallas fortificadas como han certificado las tabletas de E’Sagila y las excavaciones de Koldewey, iniciadas en 1899. Finalmente, el recinto amurallado de Babilonia llego a tener unos 16,5 km de longitud y García Bellido recuerda, con matizaciones que la Roma de los Antoninos alcanzaba los 19 km. de longitud. No obstante, pese a la estructura de ciudad, mas o menos, regular, sólo las grandes avenidas y las calles principales formaban ángulos obtusos. El Palacio de Nabucodonosor tiene una tendencia mayor a la regularidad, pero poco puede decirse del caserío que conformó sus calles.
El resto de ciudades de Mesopotamia, urbanísticamente, aportan muy poco por el hecho de sólo resistir el tiempo las grandes construcciones como Zigurats y palacios imperiales; no obstante, García bellido hace un repaso exhaustivo por las plantas circulares y por los planos en tablillas que nos han llegado de Nimrud, u otras carácteristicas urbanísticas que se traspasan a la siguiente zona de estudio: EL Egeo.

CAPITULO V: CIUDADES DEL EGEO.
Dimini y Malthi son las dos ciudades, que en los albores de la prehistoria griega nos ofrecen ya un esquema característico de ciudad. En el caso de Dimini, al norte del golfo de Thermos, en la Grecia continental, una simple aglomeración de viviendas adaptadas al terreno, en buena parte, y sobre terrazas artificiales, por otra. Su acrópolis estaba defendida por varios recintos amurallados concéntricos, como los habituales castros del noroeste de la península Ibérica. En su centro un alcázar fuertemente defendido por una recia muralla circundante dentro del cual se alzaba el palacio del dinasta, consistente en una vivienda del tipo del megarón, muy distinta de las pobres casuchas de alrededor. Caso semejante ocurre en Malthi, al sur del Peloponeso, sobre un cerro de bordes escarpados se erguía la ciudadela. ambos son casos de época neolítica y podrían datarse hasta en el tercer milenio AC. En las ciudades crético-micénicas hallaremos esta misma estructura social reflejada en su estructura urbana, eso sí con mayor monumentalidad y documentada por textos literarios: poemas homéricos (Tirinto, Micenas, Knossos, Hagia Triada, Mallia, Gournia, etc. Estas ciudades de amplio paralelismo medieval nos muestran un gran contraste entre el señor y el vasallo . El palacio de Knossos a mediados del siglo XV AC poseía una estructura rectangular y era su recorrido de tal complejidad que justifica que surgiera el concepto legendario del “laberinthos”. Las viviendas estaban alineadas y apretadas en callejas estrechas y podemos formarnos una idea por tablas votivas que nos ofrecen una imagen bastante precisa de su exterior y de los tres pisos a los que podían llegar.


CAPITULO VI: LA PLANTA RETICULADA, HIPPODAMOS DE MILETO.
VI-A CIUDADES PREHIPPODAMICAS: MILETOS.
Dice García Bellido que "la ciudad regular nace allí donde se ha llegado a una madurez urbana y allí donde es factible la planificación ex novo". " La idea de una ciudad de planta regular debió ponerse en práctica más de una vez en las numerosas ocasiones que hubo de ofrecer la asombrosa actividad colonizadora y fundadora griega en de los siglos IX a VI AC por todas las orillas del mediterráneo y el mar negro. Podemos hablar de la ciudad de Slinóus en Sicilia que ya en el siglo VI muestra un trazado regular con dos calles axiales y principales que se cruzan en ángulo recto.
La ciudad de Mainake, colonia focense fundada antes del año 600 en las cercanías de Málaga, es citada por Strabón, cuyos informadores solo pudieron conocer sus ruinas, diciendo que era la colonia griega más occidental y de todas y añade que se distinguía por su planta, claramente, de sus ciudades vecinas.
Incluso Miletos podría incluirse en la lista de ciudades pre-hippodamicas, pero los datos más evidentes señalan la posibilidad de que fuera el mismo Hippodamos quien interviniera en su reconstrucción después de las guerras persas. No obstante, García Bellido propone la tesis de que el plan hipodámico bien pudiera haber nacido mucha antes de hippodamos como atestigua que ciudades del siglo vi como es el caso de Olbía, colonia de Mileto, ya tuviera un plan regular.
HIPPODAMOS DE MILETOS.
Es a éste "innovador y sistematizador de ideas", según Aristóteles, a quien se le atribuye la invención de la planta orthogónica. Sus principales actividades se desarrollan a mediados del siglo V, por los mismos años que Polignotos, en dibujo y pintura, Fidías, en escultura, y Mnesiklés, en arquitectura, generaban los fundamentos del clasicismo en Grecia. Considera García Bellido, que se trata del producto de una época nacido para tipificar la urbanística en el mismo momento en el que se había de reconstruir las ciudades arruinadas por las guerras persas. La crítica actual, redunda García Bellido, se inclina más en convertir a Hippodamos en un arquitecto capaz de organizar un sistema regular de conocimientos arquitectónicos fruto del idealismo y carácter racional de la filosofía griega; es decir, un teorizante de una serie de corrientes de ideas que circulaban en la época. Estas ideas estéticas y matemáticas tendían a incluir la ciudad en ese ámbito estético de la armonía de las partes y el todo y otras consideraciones más prácticas y racionales, como situar la casas al abrigo de los vientos y en ubicación de mediodía para su mejor solación. Tanto es así que la planta hipodámica pasa a la historia como un término que define la ciudad ortogónica, regular o reticulada y que se propagó en la Grecia Helenística del siglo IV y siguientes. El esquema no es nada rígido, sino la concepción de crear un espacio público, edificios específicos del ágora griega en la intersección de dos ejes principales que se cortan en el centro ciudadano y que permiten una ordenación racional del territorio, dejando a las afueras de la ciudad, los edificios dedicados al espectáculo y el recreo. El servicio del agua era ya corriente, las aguas residuales conducidas por un alcantarillado y calles enlastradas y provistas de aceras.(Pérgamo).
En las ciudades helenísticas comprobaremos como se produce un ensanchamiento de las vías principales, al mismo tiempo que crece la ciudad en dimensiones.
De las ciudades en las que pudo trabajar hippodamos tenemos Atenas de cuya planta apenas quedan las muestras arqueológicas de la ciudad helenística, del siglo II de nuestra era, en concreto de su ágora, de la que se conocen los edificios principales y las dimensiones aproximadas y que junto a las muestras documentales permiten señalar una población de 150.000 almas, de las que solo 50.000 serían ciudadanos atenienses. Incluso en época helenística Atenas fue una ciudad irregular y caótica o anárquica.


CAPITULO VII: CIUDADES GRIEGAS DEL SIGLO IV.
OLYNTHOS: Fundada en 432 y destruida en el 347 sin que se habitara después. su planta se concibió de un modo completamente regular. Organizada en manzanas , originadas por calles tiradas a cordel y de intersección perpendicular, con orientación de N a S y un ancho de sus calles de 5 a 7 m.Estructura de bloques de 1:2,5. Olinthos es la imagen de una ciudad socialmente muy nivelada, sin que en ella se note aún contraste entre pobres y ricos. Uno de los ejemplos de casa más representada como prototipo de la casa helenística es la de "La buena Fortuna", que preludia las casas de Priene, Delos y Pompeya.
KNIDOS: El esquema urbano de esta ciudad minorasiática, al sur de Miletos es completamente ortogonal con manzanas de 29,50X51,50.
PRIENE: Se caracteriza por el cambio de emplazamiento que sufrió en época helenística. Se Ubica al norte de Miletos y sus manzanas son casi cuadradas en una relación de 3 a 4. Orientación de E a O. La naturaleza del terreno nos ofrece una panorámica de calles que se convierten en grandes escalinatas. Llegó a tener una población de 4000 habitantes . Se convierte en notable su área de mercado, muy parecida a la de Miletos. Sus casas: prothyron, prostás, oikos andrón.
SICILIA Y MAGNA GRECIA: Las nuevas ideas pasaron a la Magna Grecia y Sicilia. a través de estudios fotogramétricos, encontramos la ciudad de Poseidonia trazada con rectángulos sumamente largos de 1:8,5. Las excavaciones han certificado tales proporciones. Lo interesante es que la ciudad debió construirse a lo largo del siglo V. AC. Algo semejante ocurre en Akrágas, con una vía de 10 metros de anchura.
En el caso de Pompeia, el plano de esta ciudad lo conocemos íntegramente de un modo directo. Ocupaba la ciudad al tiempo de su destrucción unas 66 Ha. con una población de 20000 habitantes. Muestra una planta urbana compuesta por un cardo y una decumana que coinciden en el foro.

CAPITULO VIII: CIUDADES HELENÍSTICAS.
La repercusión de la planta hipodámica en el oriente griego fue extraordinaria gracias la fiebre fundacional de los sátrapas helénicos. Es el caso de los Seléucidas creadores de Antiocheia, Apameía de Orontes, Laodikeia y Doura Europos. Aunque la más importante de todas fue la ciudad de Alejandría, en Egipto, cuya fundación tuvo lugar en el 332 al 331 AC. Se eligió para ello una zona costera entre el Delta del Nilo y el lago Mareotis. La ciudad fue planeada al modo hippodámico por el arquitecto Deinocrates, aunque la ejecución fue hecha por Kleomenes de Naukratis. Son muchos los testimonios documentales que describen la ciudad pero, tal vez, la de Strabon sea la más interesante desde el punto de vista urbanístico: " tiene forma de Chlamys, (manto, del cual los lados largos son los del mar por una parte y los del lago por otra. Su longitud puede tener unos 30 estadios (5328 m). Los lados menores los ocupan dos istmos de unos siete a ocho estadios (1243-1420) hay dos calles más amplias que las demás pues su anchura sobrepasa el plethro (29.60 m). La cuarta y aun la tercera parte de la ciudad las ocupan magníficos jardines públicos y edificios del palacio real porque los monarcas no solo tienen a bien embellecer la ciudad con nuevos edificios sino además porque han ido levantando a su costa otros pabellones reales". Son conocidos sus múltiples instiuciones o palacios, como el serapeion, el hadraeion y lógicamente, la célebre iluminaria ubicada en la isla de Pharos construida por Sostratos de Knidos, y que alcanzó una altura de 120 metros. La ciuda llegó a tener un millón de habitantes en la época de su incorporación al imperio romano en el año 31 AC.  1000 Hectáreas de  terreno para una ciudad que poseía una avenida porticada de mas de 5 kilómetros en su trayecto de la puerta de la luna a la del sol.
    ANTIOCHEIA.
Fue fundada por Séleukos I en el año 300 AC en recuerdo de su padre Antióchos. De pklanta regular las calles se cortaban en angulo recto formando manzanas de 112X58m. en una proporcion de 1:2 como ocurrió frecuentemente en las ciudades Seleúcidas. Tenía como eje principal una aveniuda de 3,5 km con aceras de unos 10 m de anchura que en parte de su trayecto iban porticadas. De semejantes características son las ciudades de Apameia( su mujer) y Laodikeia (nombre de su madre)
    DAMASKÓS.
Capital Aramea  que fue con sus jardines y fértil campo un oasis al borde del desierto syrio. Los seléucidas hicieron de ella una ciudad helenística de planta ortogónica con manzanas en proporción de 1:2 y una calle principal de 1,5 kilómetros  de largo por una amplitud de 25 metros  en época romana flanqueada por pórticos  columnados y tres arcos monumentales.

CAPITULO IX: ROMA COMO PROBLEMA URBANO.
La cantidad de información precisa que tenemos de la ciudad de Roma, decie García Bellido, hace que ocupe un lugar extenso en la explicación de su urbanismo y el desarrollo de la propia ciudad a lo largo del tiempo.  En la época republicana, queda constatada la escasez de viviendas, ya en el siglo V, a esta población sobrante y sin techo se le otorga la colina del Aventinus (456 aC) en donde los nuevos ciudadanos deben construirse sus propias casas, en los terrenos recibidos gratis. Sin embargo, este necesidad de suelo se hizo crónico. Existen descripciones de Roma en época helenistica que sugieren la idea de una ciudad fea con edificios públicos y privados  de mezquino aspecto. Las casa habían sido levantadas al azar y las irregularidades del suelo habían obligado a calles de curso movido, serpenteante, a vías estrechas, anárquicas y tortuosas.  Hay que añadir la escasa amplitud de sus calles  no mas de 6,5 m las principales y  con casas de madera y adobes  alineadas irregularmente a lo largo de vaguadas. El desmesurado modo de crecer de Romna hacia el siglo II AC la convirtió en la ciudad más importante del Mediterraneo. El aludido problema de vivienda  la escasez de suelo  repercutió en la altura de los edificios   que comenzaron a crecer hacia lo alto, de seis a ocho pisos. Otra de las caraterísticas de la Roma republicana es la construcción continuada de mercados, puentes, servicios de desagüe (Cloaca Máxima) y tantos edificios públicos como fueron necesarios. Añadir, como dice García Bellido, el número de estatuas que llegaron a Roma en un número inaudito, solo el  teatro de Emiluis Scaurus (59AC) poseía  3000 estatuas de bronce; y todas las calles de Roma, foros, cruces y plazas fueron el albergue de los botines de guerra de las grandes ciudades helenísticas, es el caso de Mummius, depredar de Korinthos, que instaló en la ciudad un número infinito de estatuas que Augusto hubo de limpiar y que Calígula destruyó sin piedad.
En época imperial  Augusto saneó en parte la ciudad y continuó los planes de engrandecimiento de Roma de Pompeyo y Silla, así como Julio Cesar. Dotó a la ciudad de vigilantes bomberos, amplió calles y avenidas  hasta que el incendio del año 64 DC destruyó tres barrios y dañó gravemente a 7 más. Nerón  dio a conocer un plan de reconstrucción que continuaron los Flavios, especialmente Domiciano, quien fue uno de los emperadores romanos más activos en lo tocante a construcciones. 
Los grandes incendios padecidos por la Roma Imperial a lo largo de su historia motivaron constantes cambios parciales en su plan urbano. La forma Urbis Severiana es el último, resultado de una serie de planos  y mediciones catastrales de Roma, hechos  con fines fiscales y urbanísticos en distintas épocas. Uno de ellos fue confeccionado en el Imperator de Augusto, otro por Agrippa, exhibido  en el “Campus Martius”, allí se hallaba el “orbis pictus”, el gran mapa general del mundo conocido. Vespasiano realizó uno nuevo  para adaptarlo a las nuevas realidades surgidas en el incendio del 64DC. También Septimius Severo  y su hijo Caracalla, entre el 203 y 211, investidos por el senado como “restitutores Urbis”, exhibieron el último.  La planta severiana fue incisa en placas de mármol y fijadas  en el mismo lugar en la que estuvo fijada la Forma Flavia. La pared en que se fijó ha llegado casi intacta a nuestros días.
Otro de los capítulos imprescindibles de glosar en esta aproximación del urbanismo de Roma por Antonio García Bellido es la concentración urbana en la Roma Imperial. Señala que  a lo largo de la historia de Roma los conocimientos cada vez más amplios en ingeniería vinieron a ayudar a la concentración urbana en vertical, sobre todo en el siglo II, en el que Roma alcanza una población de millón y medio de habitantes. Gracias a los documentos oficiales llamados “Regionarii” pueden conocerse estimativamente el número de “insulae” que tenía Roma, 46.000 en el siglo IV. Otros datos interesantes de estos documentos son las extensiones  ocupadas por los foros imperiales que alcanzaron los 100.000 metros cuadrados o las termas de Caracalla y Diocleciano que se extendían cada una sobre unos 140.000 metros cuadrados.

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