domingo, 5 de junio de 2011

EMBLEMÁTICA: LA ENVIDIA Y SU TRADICIÓN PICTÓRICA





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Boticelli, Sandro:La Calumnia de Apeles 1494-95. Témpera sobre madera. 62 x 91 cm Galleria degli Uffizi, Florecia



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Página 220 de la traducción de los Emblemas de Alciato a la lengua Castellana por Bernardino Daza Ponciano en Lyon en 1549.




Ha sido una sorpresa grata indagar sobre el mundo de la emblemática y conocer de primera mano el extraordinario desarrollo iconológico que persevera en el tiempo. Ante todo, señalar que no sé si alguno de mis compañeros ha realizado un trabajo sobre el mismo emblema elegido, pero sea cual sea el resultado, imagino que por la variedad de obras y por el número extraordinario de libros en torno a este tema el producto final de las indagaciones siempre será diferente. Aunque bien es cierto que existen fuentes precisas 1, recopilatorios a los que recurrir para conocer la síntesis con la que se manifiesta cada uno de los emblemas que forman, luego, parte de alegorías que enriquecen la pintura del barroco, o tan expresivos como los ya representados en la Antigüedad y Edad Media. Sobre ese asunto, existe un larguísimo recorrido interpretativo y visual de la envidia. Y quiero permitirme incorporar una cita de uno de los grandes sabios de la lengua castellana, -si es que fuera de él, ya que sabemos que existen dudas sobre la autoría de la segunda parte del “Quijote”- dice Miguel de Cervantes en voz de su más egregio personaje: “O envidia, raiz de infinitos males, y carcoma de las virtudes! Todos los vicios, Sancho, traen un no sé qué de deleite consigo, pero el de la envidia no trae sino disgustos, rancores y rabias"2. Una primera definición, que explica muy bien otras visiones de la envidia en todo su poder de representación. Y como no buscar la explicación que, de los emblemas, hace Alciato, las imágenes y los atributos compilados por Cesare Ripa, posteriormente, y otras fuentes que definen este gran pecado capital en la religión católica y que en forma de alegoría llega al arte dejando rastros indelebles de su fortaleza simbólica.



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Sandrart, Joachim (1605-1688); Minerva y Saturno protegen al Arte y la Ciencia de la envidia y la mentira.1644 Canvas, 146 x 202 cm



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Portada de los Emblemas de Alciato, traducidos en rhimas españolas. Añadidos de figuras y de nuevos Emblemas en la tercera parte de la obra por Bernardino Daza Ponciano en Lyon 1549.


He querido intercalar algunas imágenes en las que aparece, siempre aparece, en un segundo o tercer término, ayudada por la oscuridad, la mentira, o cualquier otra compañera. La envidia es la abyección del comportamiento humano, que ha dado lugar a los crímenes más injustos, ha prodigado la mentira, la sinrazón y mil asuntos más, como buena aliada de cualquiera de los vicios o pecados de los que es acusada. Como emblema y realidad, lo califican del llamado mal español, igual que la gripe de 1923 que ocasionó millones de muertes en todo el mundo. No se trata de una broma pero sería muy interesante explicar el origen de esa asimilación con el carácter del español, o hispano, y como se fomenta esa imagen desde la literatura y las columnas de opinión de periódicos del siglo XIX y primeros años del XX en las voces de Unamuno, Azorín o Machado, pero es momento de describir, según las fuentes, el origen de esa visión característica de la envidia como emblema. La procedencia que llega en descripciones escritas y que tienen su origen, como los mitos griegos, en la tradición oral.
Uno de los trabajos más conocidos sobre la emblemática, en concreto el que sirve de base a este estudio sobre “La Envidia”, es una traducción española de los Emblemas de Alciato, impresa en 1549 en Lyon (Francia), con privilegio del rey francés y firmada por Bernardino Daza Ponciano, quien la dedica al muy ilustre señor Juan Vázquez de Molina, del que he recogido las rimas en castellano, que él traduce y rehace, junto a las impresiones de los grabados. La redondilla o castellana dedicada y rehecha al completo del original es la siguiente:



“Por declarar la inuidia y sus enojos 
Pintaron una vieja que comia
Bivoras,y con mal contino, de ojos.
Su propio corazón muerde á porfía
y lleua vn palo en la mano de abrojos
que le punchan las manos noche y día".3




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Giotto di Bondone, Imagen de “La Envidia” Capilla de los Scrovegni 1302-5 en Padua,



Es posible que se aleje un tanto de otras descripciones de la época, en concreto, de las rimas de Alciato, pero el traductor de la obra explica en su prefacio los motivos que le llevan a rehacer las “rhimas” con el fin de dar un sentido real a cada uno de los emblemas expuestos. 4 Para hablar de la envidia, como emblema, podemos trasladarnos a la Grecia Antigua, a la del pintor Apeles, podemos buscar en la literatura de Plinio, Ovidio, Virgilio o, en la larga y extensa Edad Media, las transcripciones icónicas que se realizan sobre ella en los libros de horas, o en tantas fuentes pictóricas como nos fuese posible, pero empezaremos con las imágenes que corresponden a la época moderna aunque adelantemos la fecha del Renacimiento, como algunas corrientes metodológicas exigen, a comienzos del siglo XIV con Giotto, a 1302-5 con una imagen de “La Envidia” pintada por él en la Capilla de los Scrovegni en Padua, Italia y cuyas aportaciones a la imagen descrita del siglo XVI se asemeja en la víbora o serpiente que sale de su boca, pero ni es conducida por un palo de abrojo y sí posee una mirada fija. Falta por añadir a la imagen de su emblema el amarillo bilioso, y algunos elementos imprescindibles en la fijación del símbolo. (por cierto capaz de prescindir de cualquiera de sus atributos en las representaciones que veremos a posteriori). En una edición en Valencia de 1670, también traducida al castellano, ampliada y muy comentada por su traductor, encontramos los distintos aditamentos de la envidia a lo largo de la literatura clásica, que Andrea Alciato incorpora en sus estampas. Con el número 71 aparece esa vieja mujer 5 de mirada fija, tez amarillenta, que come víboras y hasta su propio corazón. Pero interesante es la literatura relacionada con lo que dicen los “clásicos” de tal emblema: Ovidio, Virgilio, y cuantas referencias han llegado a las manos de Andrea Alciato, una serie de imágenes que, como hemos podido comprobar, serán especialmente compiladas por Cesare Ripa y otros autores, ya que, de la fijación visual del emblema, encontraremos luego interpretaciones extraordinarias, más o menos conexas con el trabajo de Alciato y Ripa, incluso, a lo largo del tiempo y en ese proceso de descomposición de la forma que ha seguido el arte a lo largo de los siglos, vemos como determinados rasgos presenciales de un color simbolizan tal envidia sin necesidad de representarla:

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DONNA, vecchia, brutta, & pallida, il
corpo sia asciutto, con gli occhi biechi,
vestita del colore della ruggine, sarà
scapigliata, & frà i capelli vi saranno
mescolati alcuni Serpi, stia mangiando
il proprio cuore, il quale terrà in mano.
Si dipinge vecchia perché, per dir poco,
hà havuto lunga, & antica inimicitia
con la virtù. Hà pieno il capo di Serpi
in vece di capelli, per significatione de'
mali pensieri, essendo ella sempre in
continove rivolutioni de' danni altrui,
& apparecchiata sempre à spargere il
veleno ne' gli animi di coloro con i
quali, senza mai quietare, si riposa,
divorandosi il cuore da se medesima, il
che è propria pena dell'Invidia”.6



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Bosch Hieronimus. Los siete pecados capitales. 1480. Óleo sobre tabla. 120 x 150 cm. Museo del Prado, Madrid



En este trabajo, uno de los primeros de El Bosco, no encontramos los atributos habituales de la envidia, que él representa como dos perros en busca de el hueso más grande.
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Bosch Hieronimus. Los siete pecados capitales. 1480. Óleo sobre tabla. 120 x 150 cm. Museo del Prado, Madrid. (Detalle)



Existe un elevadísimo número de obras en las que aparece la envidia como parte de una alegoría, desde Poussin hasta Ingres o acercándonos al siglo XX, trabajos de Gustav Climt o Edward Münch, “la envidia” es pictóricamente tan atractiva por el juego que permiten los símbolos que la representan que adquiere una importancia casi simbólica ella misma a lo largo del siglo XX. La envidia, la simboliza la serpiente que llevo a los hombres a querer ser como los  dioses, la envidia la representan como la vejez y la fealdad, o la belleza extrema que no se reconoce. Psicológicamente, en el comportamiento humano está cerca siempre de la mentira, cerca de la calumnia, cerca de cualquier vicio que le ayude a su único fin real: la destrucción de cuanto le rodea y de sí misma.



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Poussin, Nicolas: "El tiempo sustrae la Verdad a la Envidia y la Discordia" . Museo Nacional del Louvre. Óleo sobre lienzo. 1641. Barroco Francés. 297 cm.



PALLIDO hà il volto, il corpo magro e asciutto;
Gli occhi son bicechi, e rugginoso il dente.
Il petto arde d'amaro fele e brutto,
Velen colma la lingua, nè mai sente
Piacer alcun se non dell'altrui lutto.
All'hor ride l'invidia, che altrimente
Si mostra ogn'hor'adolorata, e mesta,
E sempre all'altrui mal vigile e desta.7


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Bronzino, Agnolo: Venus, Cupido y la Envidia. 1548-50. Óleo sobre tabla de álamo, 192 x 142 cm. Szépmûvészeti Múzeum, Budapest.

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Lemoyne, François: El tiempo salva a La Verdad de La Mentira y La Envidia.1737.Óleo sobre lienzo, 149 x 114 cm, alargado hasta los 181 x 148 cm. Wallace Collection, Londres.

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Lens, Andries Cornelis: Hércules protege a La Pintura de la Ignorancia y La Envidia.1763. Óleo sobre lienzo, 73 x 92 cm. Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Antwerp.


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Signorelli, Luca: Fresco (fragmento) 1499-1502. Capìlla de San Brizio, Duomo, Orvieto

Una nueva fórmula de representación de “La Envidia” en este fresco recientemente descubierto en Orvieto en la Capilla de San Brizio. Uno de los símbolos que señala a alguien como envidioso es el hecho de morder su propia mano. El origen de esta forma de expresión de la envidia la encontramos iconológicamente en los emblemas de Alciato referido a como la “Envidia” se alimenta de víboras y su propio corazón. En este caso, es Caín el representado sobre un “clípeo” o medallón que recuerda el asesinato de su hermano Abel. Es el color macilento, amarillento el color de la envidia, la bilis, y así lo encontraremos en multitud de obras del siglo XIX y XX, como una serie expresionista dedicada a este pecado mortal de las manos de Edvard Münch, por cierto calificado como el pintor de los simbolismos extremos. Así lo categoriza Stridberg, que pretendía obtener consecuencias de este carácter por «el pintor esotérico del amor, de la envidia, de la muerte y de la tristeza»1
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Münch, Edvard: Jealousy 1907. Munch Museum, Oslo, Noruega,Óleo sobre lienzo, 98 x
76 cm



El tema es extraordinariamente extenso e interesante. Categóricamente podríamos decir que tal pecado capital puede encontrarse representado en miles de ejemplos relacionados con el arte. Sólo detenernos en el siglo XX supondría extraer tal cantidad de títulos que sería casi imposible catalogarlos todos a juzgar por los millonarios números de entradas que ofrecen los gestores de datos.
Terminamos con una alegoría más del manierismo más desenfrenado en Venecia, se trata de un compañero del Veronese, que no obtuvo su fama pero que sí realizó trabajos de un interés colorista que animaría la Escuela Veneciana, se trata de Gian Battista Zelotti:



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Zelotti, Gian Battista: El tiempo, las Virtudes y la Envidia liberadas por el demonio. 1553 Óleo sobre lienzo. Palazzo Ducale, Venecia.


BIBLIOGRAFIA


Alciati, Andrea: Emblemata, Lyon 1549.(Traducido al español por Bernardino Daza Ponziano)


Alciati, Andrea: Declaración magistral sobre las Emblemas de Andrés Alciato con todas las historias, antigüedades, moralidad, y doctrina, tocante a las buenas costumbres : dedicadas a la muy noble insigne, leal, y coronada ciudad de Valencia. Valencia. 1670. Traducción al castellano de Gerónimo Sánchez.


Ceballos Garibay, Héctor: August Strindberg y Edvard Munch: escenas de una amistad turbulenta. < http://www.hectorceballos.org/textos/esteticos/02a.pdf >


Cervantes y Saavedra, Miguel de: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid. 1876.


Ripa, Cesare: Iconologia, overo descrittione dell'imagini universali cavate dall'antichità et da altri luoghi da Cesare Ripa Perugino, opera non meno utile, che necessaria à Poeti, Pittori, Scultori, per rappresentare le virtù, vitii, affetti, et passioni humane. Roma 1593."Gallica, bibliothèque numérique de la Bibliothèque nationale de France". <http://gallica.bnf.fr/>




REFERENCIAS DIGITALES



  Existen dos páginas de máximo interés en las que recopilar información sobre emblemática; la primera se trata de http://www.studiolum.com/es/cd02.htm , en donde puede encontrarse casi toda la bibliografía del tema; y por otra parte  una serie de buscadores pictóricos que te permiten hacer recopilatorios sobre alegorías o emblemas en los que esté representado o forme parte del contenido iconológico: <http://www.friendsofart.net/en/> ó <http://pintura.aut.org/> aunque la que mejor me ha servido de referencia es <http://www.wga.hu/>

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